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No espero que sea un sitio cómodo, pues ha de ser ágora para todo aquel que, -como yo- sienta que hay algo que decir respecto a nuestra situación actual como sociedad y su devenir; la historia y sus posibilidades en este año, después de los festejos del Bicentenario y empezando el final del sexenio de Calderón y su Guerra, la cual está comenzando a extenderse más allá de lo que habían planeado y con el cambio de estafeta a la vuelta de la esquina... así que estamos entrando a un callejón sin salida... vamos a ver hasta donde topamos.

sábado, 27 de agosto de 2011

LA GUERRA DE CALDERÓN V. O Las Trampas De La Soberbia.

           Los acontecimientos que hemos observado en los últimos meses, desde mi última colaboración  respecto a "La Guerra de Calderón", y específicamente el ataque al Casino "Royale" en Monterey, Nuevo León, y el  mérito del "Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad", surgido del dolor y la impotencia frente a un régimen insensible; para atraer la atención de muchos mexicanos que por ignorancia o indolencia, habían permanecido indiferentes ante lo que el día de hoy es motivo de más de un análisis y conclusión: Felipe Calderón NO PUEDE, NO SABE acabar con la guerra que el mismo ha comenzado.
            Mas esto no es lo lamentable. Lo verdaderamente lamentable, penoso, inaudito, es la SOBERBIA con la cual se conduce éste, que es el titular del Poder Ejecutivo y representante de TODOS los mexicanos, sus patrones, lo quiera reconocer o nó. Soberbia que le hace decir que no debe ni lamenta nada de los más de 42 mil muertos que ya son, en esta guerra amarga y sin honor en la cual nos ha metido sin consultarnos y saltándose por encima las formas más elementales de tacto político y sensibilidad social, como lo manifestó en Chapultepec frente a los familiares de las víctimas de SU guerra, frente a Javier Sicilia, frente a todos los mexicanos donde quiera que se presenta y donde quiera lo dicen sus voceros en discursos histéricos: donde TODOS tienen la culpa, menos ellos, los infalibles representantes del gobierno.
             Efectivamente, dicen que la SOBERBIA es el peor de los pecados, pues hace ignorar, minimizar y despreciar el juicio ajeno, y de SOBERBIA ha enfermado el ciudadano Presidente; esto si no estaba ya desde antes enfermo el autonombrado "hijo desobediente", y con el cargo han aflorado sus más patentes defectos, resaltando el ya mencionado.
              Por si solo es triste, pero lo es más que en su soberbia arraste a toda la Nación, a la que se comprometió a proteger, no a entregar a la barbarie sin control que EL ha desatado; y que la misma le dicte decir que NO LAMENTA, NO SE DISCULPA por las bajas que ha tenido esta, su guerra. Bien dicen, y lo leí en algún lugar, que cuando Dios quiere perder a alguien primero lo confunde.
               Y entonces así estamos, guiados por un timonel confundido, que hace rato perdió el norte y no sabe ni cuando ni donde, y lo peor, ni en que circunstancias llegaremos a la otra orilla; y eso ya no pensando que siquiera nos pueda llevar a puerto. Así de mal estamos en estos momentos. Así de destruido está el rumbo de México como país en estos momentos. Así de mal estamos siendo gobernados. Así de insensible se presenta nuestro gobierno, para quien las excusas están a la orden del día y por supuesto, ni pensar siquiera en reconocer responsabilidades, responsabilidades que las tiene TODAS por haber permitido que pasara esto; estos Cuarenta y dos mil MUERTOS, todos con nombre y apellido señor Presidente, TODOS. Un cuarto de millón de desplazados en esta guerra que para el gobierno no es guerra y en su hipocresía no reonocerá nunca que lo es y por lo mismo nunca la enfrentará como tal.
                Afortunadamente faltan ya 460 días para que el sexenio termine. Desafortunadamente faltan todavía 460 días para que el sexenio termine. Han declarado Luto Nacional por tres días, el cual compartimos; sin embargo, la muerte que ha caído sobre México no se alivia con tres días de Luto Nacional, y justo es decir, México está enlutado desde diciembre de 2006. Serían precisos todos y cada uno de los 460 días restantes para que Felipe Calderón se vaya y se lleve consigo la guerra que nos ha traído.
                 Es una ilusión. Esta guerra no terminará el 1 de diciembre de 2012. Desafortunadamente tomará más tiempo; y muchísimo más tiempo todavía el pensar siquiera en reconstruir las vidas de todos aquellos que quedan para lamentar la muerte y desaparición de sus familias y seres queridos; por la lamentable mala decisión tomada en un mal momento de soberbia, momento que durará seis años, soberbia que nunca se extinguirá.
                  Bien dicen que la soberbia es el peor de los pecados: nunca se reconoce a sí misma, pues pertenece a la enajenación, a la anulación de la conciencia, a la anulación del otro; al egoísmo; al orgullo.
                  Estate pues, orgulloso del legado que dejas Felipe Calderón... En tu conciencia queda.
                  ¿Nosotros? Nosotros nos quedamos a enfrentar las consecuencias.